Feeds:
Entradas
Comentarios

Archive for 31 de agosto de 2010

El cultivo del Chícharo.

 

Por: Fuerte, raso y colocado.

En el sureste mexicano hay una arraigada y peculiar costumbre con la que muchos se divierten a costillas del ingenuo. Obvio es decir que esta tradición es dulce y amarga; se denomina “cultivar a la gente” y consiste en el común acuerdo de un grupo de malvados en ensalsar las seudovirtudes de un incauto con el único propósito de inflarlo  y hacerlo creer que es sobresaliente.

Con mucha malicia se estudia a la víctima y, por ejemplo, si se determina que la persona siempre  opina de música, le dirán que es un conocedor. Tiempo después se le dirá que es un buen crítico y posteriormente que es un especialista. De esta forma, cada vez que se le encuentra, se le pregunta su opinión sobre tal o cual música y se alaba su opinión. No faltará un maloso que con el tiempo, al pasar por la calle lo salude con un “qué tal  Maestro” y después explote en risas. Pero no se engañe, no es un juego fácil, es muy sutil, y quienes lo practican lo hacen en forma  suave y dilatada, poco a poco con maestría y sin despertar sospechas. Algún día la realidad revelará sin consideración alguna la amarga verdad.

A esta altura  usted ya se imagina porque saco a colación esta historia, así que me pregunto: ¿Los medios de comunicación de México serán todos yucatecos?  ¿Por qué el afán  de cultivar al público y a los deportistas con glorias efímeras? ¿Viviremos siempre el dulce de la ilusión y el amargo despertar?

Analice usted: los dueños de los medios de comunicación son a la vez dueños de los deportistas, de los clubs y del negocio.  El Presidente de la Federación Mexicana de futbol fue empleado de Televisa hasta hace pocos años. TV Azteca, acompañada por otros medios de comunicación más pinchurrientos, hacen de comparsa por vender papel y aire.  También, por qué no decirlo,  somos un pueblo con tanta hambre de pan y de glorias que aunque sean efímeras, las aceptamos por el poco tiempo que nos puedan hacer felices.

Ayer la Federación Mexicana de Futbol entregó el Balón de Oro como mejor delantero al Chicharito Hernández… Un bombazo más al globo.

P.D. Creo que el Chicharito es un buen delantero que con el tiempo será un gran jugador, si antes no lo echan a perder.

Read Full Post »

No usan sustancias prohibidas pero pegan palos como si fueran  hombres de acero. Rompen marcas históricas que parecían imbatibles. Cada que se paran en el plato, las multitudes rugen esperando el toletazo de vuelta entera o lanzamientos de humo. Vuelacercas, bautizan  los microfonistas a los primeros.

En mis infancias y poco más tarde,  rememoro los primeros radios portátiles que trasladábamos a la escuela a escondidas. Para escuchar la Serie Mundial. Trataba de camuflarlo  para que el ticher (spanglish)  en turno no me descubriera.  Los compañeros preguntaban constantemente sobre el marcador. Y había que inventar sistema de señales para difundirlo en cada entrada.

Ayudaba, sentarse atrás del salón y enredar el auricular en el brazo pasándolo por la manga del suéter a manera de que uno, estudiante modelo,  pareciera estar concentrado, meditabundo, atendiendo supuestamente su prédica. La del maestro.  Que generalmente resultaba bastante aburrida.

Un tal Buck Canel o algo así, te susurraba gritando en el oído mientras los números se multiplicaban en el pizarrón de la clase de matemáticas:  la bola se vaaa…..,  la bola se vaaa….,   la bolaaaa se fueeeeeé… cuando uno de los bateadores de los Yanquis o de los Dodgers se volaba la barda de cualquiera de los jardines. O te describía curvas, rectas, tirabuzones, altas, bajas, estraics (spanglich) y bolas, melodiosamente. Momentos inolvidables.

Eso de mandar la pelota al otro lado del parque tiene su chiste. Los fanáticos y coleccionistas del beisbol pagan cantidades astronómicas por el jonrón 300 o 500 de tal o cual pelotero que cae en las gradas de los jardines. Que en lugar de ser espacios floridos están tupidos  de bancas con cemento o plástico.  

Hay quienes prefieren mirar la toletiza desde hasta allá para obtener su trofeo. Llevan sus guantes para cacharla y evitar el ramalazo de la atrapada a mano limpia. Cuando se eleva hasta el firmamento como resultado del impacto realiza un sonido inolvidable, seco.

Esa canica de costuras asimétricas en el estadio tradicional de la capital de México, Parque del Seguro Social,  hoy un mol o centro comercial de postín,  aterrizaba en una avenida transitada. Algunos techos y parabrisas resultaban damnificados causando desconcierto en los manejadores. 

O hasta se llegaba a posar  en alguna tumba de un panteón que existía por ahí, agitando al muertito en turno.  Más de uno, incluido el suscrito, imaginaba un meteorito forrado de esos sobre la cabeza de algún transeúnte desprevenido.  Alguno ingenuo suponía que únicamente los vuelacercas y otros peloteros del cuadro se ayudaban con pócimas ilegales para botarla seguido.

A Roger Clemens, un lanzador  inmenso de esos que parecen fabricados artificialmente, un ropero diría mi tía Xóchitl, están a punto de meterlo en prisión por mentir.  Ha negado reiteradamente, frente al Congreso,  los jueces y los medios que son juzgadores bastante más perrunos, que hubiera usado sustancias prohibidas para fomentarse esa fuerza descomunal y mandarla, la esférica, doña Blanca, del otro lado del jom para que casi nunca se la conectaran.  

Imagine la confrontación, de poder a poder ilegal, entre dos peloteros beisbolistas. De los que obtienen millones. El que lanza con jiribilla y velocidad de vértigo apoyado en sustancias  prohibidas pero usadas por otros  muchos, y aquel que batea con rencor y fiereza descomunal , ayudado igualmente de material considerado dopante.

Usted,  yo y los demás nos preguntamos seguramente ¿Dónde quedó la bolita?  

Obtuvo lanzando pedradas desde la lomita de las responsabilidades a velocidad endemoniada, nomás  354 victorias que se dicen así de rápido pero que se logran con un guevo, en este caso aderezado de hormonas, y la mitad del otro. Y nomás abanicó, es decir propinó ponches, a todo un regimiento de contrarios. 4 mil 672 se quedaron refrescando al aire o mirando la centella en la mascota del cátcher. Dejándolos con el bate en el hombro y carita de pendejos arrepentidos.

El siete veces ganador del máximo trofeo del beis gringo, el Cy Young, se puede estacionar algún tiempo en prisión. Desconozco si disfrazado de rayas o con los calcetines y calzones rosas tal cual el cherife Arpaio en Texas,  lo perpetra contra migrantes ilegales latinos que se cruzan del otro Laredo.

En caso de ser localizado culpable de seis cargos que enfrenta, tres por falsear testimonio,  infracción que hasta se incluye en los Mandamientos de la ley de Dios, y dos por perjurio, y el que sobra por presunta obstrucción de la justicia, podría acumular una sentencia de hasta 30 años tras las rejas. Y de pilón 1.5 millones de dólares de multa, que es cómo quitarle un pelo a un felino por las carretadas de billetes verdes que le pagaron.

Aunque a estos monstruos, semidioses del espectáculo, gigantes de la transa, les practican generalmente rebajitas para que no sufran tanto. Ni que fueran mortales, comunes y corrientes. Es probable una condena de entre 21 y 15 meses. Con descuento por ser y parecer  ídolos del choubisnes.

Quién exhibió y aventó de cabeza al ex pitcher de Boston, Toronto, Yanquis y Houston fue su ex coach entrenador, un sir McNamee al que acusó de inventarle cargos de inyectarse esteroides y Hormonas del Crecimiento Humano (HCH) cuando solo había ingerido algunas ampolletitas de vitamina B12 para paliar los catarros que frecuentemente le azolaban.

Su nombre apareció reiteradamente en el reporte Mitchel de 2008,  investigación que develó numerosos casos de dopaje en la Gran Carpa Beisbolera Gringa. Donde proliferan bigliguers  hormonados. ¿Qué tanto es tantito?

Read Full Post »

Ayer por la noche, se entregaron los balones de oro, y no de este torneo, que ya lleva 6 jornadas; si no del torneo bicentenario 2010, que termino hace poco más de 3 meses.

Me pregunto: ¿Por qué carajos se entrega un premio de un torneo en estas fechas, el cual no solo terminó hace más de 3 meses, si no además cuando ya hubo un mundial de por medio, y casi la mitad del siguiente torneo?

Una vez más: México lindo y querido.  De cualquier manera sucedió lo que era de esperarse: el campeón gana la mayoría de los premios a disputar, sin importar en realidad que tanto los merecen o no.

El que más cuestiono yo es el de “Sinha” por mejor jugador.

Para empezar, por la terna. Chicharito jugó solamente 11 de los partidos que disputaron las chivas, que si no me falla la cuenta fueron 19.

Luego además, sin dudar lo más mínimo de la capacidad de “Sinha” no tuvo una de sus mejores campañas, de hecho con un inicio muy flojo, en donde, además de todo, se perdió unos cuantos partidos por lesiones. Pero fiel al estilo de competencia que lo rige, en el futbol mexicano se puede ganar con un gran cierre de campaña como el que tuvo “Sinha” y lo demás es historia.

Pregunta numero dos: ¿Si Toluca hubiera perdido la final, con el penal que falló Antonio Naelson le hubieran dado este mismo premio?  Se las dejo de tarea.

Con los demás, estoy más o menos de acuerdo, aunque en gustos se rompen géneros.

A mi siempre me han gustado mucho tanto Dueñas como Talavera.  Justicia con lo de “El guty” que lo merecía de mucho tiempo atrás, siendo uno de los laterales y jugadores más consistentes en el futbol mexicano, aunque Efraín lo podría haber ganado también.

Y lo de Romagnoli, creo que inclusive lo merecía desde el apertura 2009… O, ¿Lo ganó?  ¿Alguien se acuerda quienes ganaron los premios del apertura 2009?

Tengo que confesar, que termina por morirme de la risa al recordar que no tenía ni la menor idea y que tuve que buscarlo. Fue Gerardo Torrado el que lo ganó en 2009.

Tercera pregunta: ¿Alguien en verdad se acuerda quien ganó estos premios en años anteriores?  ¿Qué, por ejemplo Rogelio Chávez fue el mejor lateral del A2009, o que Duillo Davino fue el mejor central?”

No lo se. La verdad es que no lo creo, porque el “balón de risa” siempre ha sido un premio muy poco valorado en México, especialmente por todas estas medidas de entregarlo meses y meses después del término del torneo.

Una más de las ineficiencias del futbol mexicano de pantalones, liderados por un tal Compeán, que en el aspecto deportivo, no da ni dará una jamás.

Tan poco serio es el premio, que 2 de los 3 campeones de goleo no están ni siquiera en los equipos en el que ganaron el galardón.

De cualquier manera, felicidades a todos los ganadores, y ojalá y que alguno de ellos se pueda mantener constante y repetir el próximo torneo, y que dentro de un año, podamos recordar quien ganó los de este bicentenario 2010. Solo el tiempo nos lo dirá.

Read Full Post »

El fenómeno Chelsea.

Por Mapal.

El fenómeno Chelsea apunta a que dejará de ser fenómeno. Y aunque en un comienzo me pareció fenomenal: crear una constelación de figuras de un año para otro gracias a la Master-card, renunciará a su atractivo si se usa de precedente para numerosas instituciones, y si su rúbrica es el dinero a cambio de talento y nada más.

Porque si bien con el panorama actual se puede definir a los clubes como instituciones deportivas con fines de lucro, la línea es tan delgada que fácilmente pueden pasar a llamarse “instituciones lucrativas con fines deportivos”. Lo que es peor aún.

Algo así ocurre al otro lado de la rivera de Mánchester, en las arcas del City. Los siempre reprimidos, resignados, sólo acostumbrados a celebrar ascensos y no descensos, pero que, hace poco, han reproducido la llave mágica del éxito exitista de la inmediatez.

A comienzos de 2007, el magnate tailandés Thaksin Shinawatra se hizo con los derechos del Mánchester City. El ex primer ministro de Tailandia y su monarquía constitucional, fue derrocado por medio de un golpe militar, que derivó a partir de los múltiples negocios que el multimillonario mantenía con entidades estatales de otros países, como la Junta Militar de Birmania, o con la inversora Tomasek Holding de Singapur, cuyas transacciones eran libres de impuestos. Shinawatra también fue condenado, junto a su esposa, a dos años de prisión, acusado de corrupción y abuso de poder al comprar bienes estatales a precios preferenciales. Todo esto cuando ya era primer ministro y jefe de gobierno. Su mujer finalmente fue absuelta y él se recluyó en el Reino Unido, tras la orden de búsqueda y captura que dictaminó el Tribunal Supremo de su país.

No tenía ganas de traerlos a colación, pero esos son los antecedentes del “Tío-rico” que hizo posible dar el puntapié de inicio para el resurgimiento de la institución de los hermanitos Gallagher.

Sin embargo, a partir del 1 de septiembre de 2008, el City pasó del bath tailandés a los petrodólares de Dubái, con la compañía “Abu Dhabi United Group for Development and Investment”. Grupo de inversiones que ha financiado los grandes fichajes y nos han hecho voltear nuestras cabezas hacia el otro lado de Mánchester, ese que trajo primero a Robinho (cuando ya estaba con un pie en Chelsea) y luego a un par de sus amigos: Elano y Jo, para terminar de convencer al astro brasileño.

Eso sí que la lista de compras de supermercado no se alzaría sino a partir de la temporada 2009. Donde los Emiratos dieron una muestra de su portentosa billetera:

$ El portero Shay Given, de bajo perfil, poco conocido tal vez, pero de gran nivel y precio en la Premier;

$ Los laterales Wayne Bridge, sin espacio en el Chelsea de Ancelotti, y Nigel De Jong, holandés proveniente del Hamburgo alemán;

$ El defensa central Joleon Lescott, de sólida campaña en el Everton de David Moyes;

$ El centrodelantero Roque Santa Cruz y su basto currículo europeo;

$ El mediapunta Craig Bellamy, contratación que necesitó de tres ofertas, al igual que en el caso de Given, Lescott y Santa Cruz;

$ Y faltaban las adquisiciones más sonoras, en un sentido mediático-comercial, donde se llevó a cabo el gran asalto a Arsenal, tras llevarse a su goleador, un remuneradamente disconforme Emmanuel Adebayor y su mejor defensa, el cotizado marfileño Kolo Touré.

No conformes, quedaba un capítulo en la gran estafa maestra versión 09-10 del mercado inglés: Carlos Tevez. A quien los árabes convencen, a punta del salario más alto de la liga, de abandonar el Manyú, donde esta vez Sir Alex no tendría excusa para no cederle protagonismo tras la salida de Ronaldo. Pero no. Carlitos, El Apache, le dijo que no a la dirigencia del United y se hizo ciudadano. El City lo presenta con bombos, platinos y diamantes. Sabe que le saca un potencial ídolo a su rival de toda la vida, y un buen jugador, encarador y arrastramarcas como pocos.

Pasaron los meses y llegó la fecha citada, el día de equiparar fuerzas. La escuela de la tradición de cantera: Gary Neville, Paul Scholes y Ryan Giggs; herederos de Bryan Robson, Mark Hughes y George Best, contra la escuela privada del dinero rápido, del cajero automático.

Rojos y celeste-cielo dieron un espectáculo esperado, propio de la liga inglesa, con imperfecciones y virtudes. Riesgos y libertades. El fútbol televisivamente atractivo. Ese que también le gusta incluso al balón porque lo lleva bien seguido a la red, y, generalmente, luego de cautivadoras concepciones, de preferencia colectivas y vertiginosas. A lo Brasil 1970, con menos parsimonia pero menos lujos también; con matices más notorios de esa “técnica en velocidad” que llaman ahora, como si Pelé, Best y Cruyff hubiesen caminado por la cancha. Se dice cada disparate mi estimado.

Eventualmente, en este primer duelo ganó la academia de la inversión a mediano y largo plazo. Mánchester United venció cuatro a tres, con un gol de último minuto de Michael Owen, quien convertía su segundo tanto desde que llegó la institución, el número 200 de su carrera, y uno de los más celebrados que se le haya visto.

También fue el clásico de los no llamados a lucir en un clásico: el escocés Fletcher conectó dos cabezazos, y el galés Bellamy, del otro lado, con un par de dagas a favor el City; el segundo, una verdadera patriada que les daba el empate heroico en minuto 90. Pero luego apareció ese cachetazo de revés de Owen, recurso típico de goleador nato. Lo que resultó una dura bofetada al talonario sin-fin del petrolero de los Emiratos Árabes Unidos.

Debo reconocer que nunca he sido partidario del Manyú, pero me agradó que diera el primer golpe. Será interesante cada vez que jueguen Chelsea y City. Duelo de billeteras, puja de “quien da más”, el encuentro del libre mercado, de los compra talento, que no se dan el trabajo, siquiera, de cazar ese talento.

Será de “vital” importancia conocer al vencedor, sobre todo para los que apuestan en la bolsa, seguramente los propios dueños: el ruso y el árabe, quienes hacen de sus caprichos realidades a costa de sus opulentos alcances materiales.

¿Le gusta el fútbol metalizado?

Conque le da lo mismo… La pelotita rueda igual. Es cierto, qué se le va a hacer.

Read Full Post »