Un hijo de Sanchez , de nombre Carlos, como en el libro de Óscar Lewis, aquel que causó tanta polémica. Éste es un trabajador águila de la patada azul-cremita que cayó desvanecido en un entrenamiento. Evidenció un infarto cerebral que lo inutilizó un agosto del 2008. Su vida se convirtió en infierno.
Al chaval, sus patrones le prometieron el oro y moro. Todos los gastos de la rehabilitación para que se recuperara hasta donde el cuerpo y la ciencia médica aportara. Los aficionados recibimos la generosidad así fueran migajas con lágrimas en los ojos.
Hoy denuncia indiferencia y hasta que se pretende darle de alta médica a pesar de que todavía circula medio paralizado del lado izquierdo de su cuerpo. A dos años esa “ayuda” misericordiosa que se promocionó entre cámaras y micrófonos, vaya a saber si contaba con contrato vigente, se esfumó.
Quería este muchacho desvalido que se la directiva crema encabezada por un tal Michel Bauer, de los fantásticos que rodean al niño Azcárraga, ya le contaré en próxima ocasión en el juego del Hambre…, le cubrieran un tratamiento de rehabilitación en uesei a lo cual se negaron terminantemente cerrándole la puerta en las narices.
Otro de este mismo equipo propiedad de Televisa, el mega consorcio dueño del balompié azteca, un tal Chava, goleador paraguayo, se queja amargamente a través de su representante de que le deben mensualidades de salario y del no pago de las cuotas del hospital argentino donde era rehabilitado. Defraudado dice que se siente.
Le pegaron un tiro en la frente en los sanitarios del antro Bar-Bar mientras se solazaba en su tiempo libre en la madrugada. Un mafioso, identificado de traficante de drogas, que goza de complicidad y protección política y policial, hasta este momento no ha sido detenido ni lo será próximamente. Después de meses del incidente disparador.
Bauer, siempre impecablemente retevestido, en el caso Cabañas, sin soltar risotada, se había negado a aclarar si le pagarían lo que restaba de su relación laboral de par de años a un mes del incidente sanitario. “Situación que manejaremos con la familia” disparó ambiguo sin mover un músculo.
Hasta junio difundió el cese unilateral de la relación laboral, un día después del tiro frontal (25 de enero), donde se solidarizarían con él, actuando de buena fe “apoyando a la familia a la que no faltará nada a pesar de no existir ningún contrato que nos obligara a ello”. (Lágrimas de cocodrilo y sollozos desde el respetable público).
Uno Cabañas, estrella rutilante del canal del mismo epíteto, al que pastoreaban y lisonjeaban exageradamente los de Coapa mientras existía en normalidad. Otro un obrero de segunda de los que abundan como tropa a la que se pagan miserias y se les otorga trato de esclavos.
Camaradería esclavizante que por cierto parece que les encanta con tal de realizar méritos para escalar la pirámide del éxito. Que en la mayoría de los casos nunca llega. Siempre se prefiere carne de importación extranjera a la magra nacional. Ellos la meten en las redes mientras que los nativos la patean a las gradas.
Ambos, como corresponde a una estrategia que no pasa por la justicia institucional, litigan en los medios de comunicación. Mandan mensajes ornamentados quizá reales de panoramas tremendistas para impactar a la amorfa e insensible opinión pública (púbica?), que generan lástima, donde exhiben a la contraparte como insensible e inhumana. Lo menos.
Porque se padece en el país una ley laboral que es anti obrera, lo menos ambigua y que se aplica de manera discrecional casi siempre a favor del patrón. Pero en ese marco legal institucional, los futboleros, que son laborantes de otra dimensión no encajan.
Tienen sus particulares códigos y tribunales tenebrosos a modo de los empleadores que se nombran pomposamente como “dueños “del balompié mexica por lo que emiten sus propios laudos y sentencias a modo.
Una especie de normatividad gelatinosa y discrecional por encima de la legalidad a la que tenemos que someternos usted y yo en caso de problemas de esa índole. En este caso, la Federación Mexicana de Fútbol FMF avalada por la mafia fifiana imparte injusticias a través de una instancia que se denomina Comisión de Controversias o algo por el estilacho.
Para disque “defender “al jugador lesionado, desplazado, en la FMF o Mafiafifafut local se creó al interior de su propia y controlada estructura una Comisión del Jugador que imparte migajas en el caso de litigios como estos u otros, amenazando a los quejosos con inhabilitarlos de por vida, en el supuesto y muy remoto caso de que se atrevieran presentar su tragedia a otras instancias pero de fuera como la junta de conciliación y arbitraje que oficia para la patronal.
El secretario del Trabajo, un tal Lozano, se hace como que la virgen le llama y mientras aplica sanciones de toda laya para favorecer a los mismos pero otros “dueños” patrones del país y actúa como cancerbero de sus intereses reprimiendo proletarios, aquí practica la actitud del tío Lolo. Hacer cómo que carga el bolo, padrino.
En el caso de Cabañas, al que le restaban dos años de pagos contractuales, uno que oficia cómo su representante, José María González, argumenta violaciones múltiples de cláusulas contractuales de un documento firmado que nadie conoce sino únicamente ellos, y se supone finiquitado, y que debería en aras de la transparencia mínima hacerse público.
Recordemos que los prepotentes americanistas le rescindieron ese contrato recién lo tirotearon. Argumento para telenovela lacrimógena. ¿O no? Póngale título.
AlePadin
Carlos
Los Novatos.
Fuera de lugar
El petardo.
El Juego del hambre. 