“Hierve un chícharo y se mantendrá a flote”… No es una frase famosa, pero es lo que he visto cada que me hago mis verduritas y por lo cual ayer me puse a pensar en Javier Hernández.
Desde abril pasado, fecha en que el Manchester United hizo oficial su fichaje, el efecto mediático que ha tenido este joven de 22 años ha sido único. Él es la figura actual de “el sueño mexicano” y ha logrado entrometerse en la élite futbolística de una manera admirable.
Estando en Chivas, comenzó a mostrarnos un fútbol fresco, ágil y dinámico, pero sobre todo nos dejó ver a ese chavito que cuando juega fútbol, se nota que lo disfruta.
Después vino el gran fichaje y recuerdo que a todos nos tomó por sorpresa: “el Manchester fichó al Chicharito” y muchos se quedaban con cara de incrédulos o pensando que era un nuevo equipo de Vergara llamado Manchester Omnilife o algo así.
Era real: uno de los equipos más grandes del mundo fichaba al delantero del Rebaño Sagrado y en nuestra mente comenzaban a emerger sueños donde ya lo veíamos levantando la orejona o ganando la Premier League. También surgieron pesadillas en las que lo cedían a Grimsby Town o acababa como Carlitos Vela, calentando la banca (del vestidor).
Luego vino el Mundial y yo no sé ustedes, pero nunca olvidaré la expresión del Chicharito cuando anotó el gol contra Francia: se notaba ilusión, orgullo y felicidad absoluta. Fue el momento en que tanto a él, como a muchos, nos cayó el veinte de que este chícharo empezaba a flotar. La prensa comenzó a reconocerlo, la afición a venerarlo y ya empezaba a ser la sensación.
El momento en que Hernández llegó al Manchester fue más que adecuado, ya que los ingleses habían quedado destrozados por el desempeño de su selección, siendo Wayne Rooney (estrella de los Red Devils) la mayor decepción.
Evidentemente Rooney no se comporta igual en selección que en su club, pero aún así los de Old Trafford necesitaban a alguien que le agregara energía al equipo y con quien pudieran renovar todo el merchandising.
“The Little Pea” va a la alza: hace poco The Guardian (periódico inglés de renombre) lanzó un concurso de fotomontaje donde el tema era el jugador mexicano; las playeras con el número 14 se agotan y venden más que cualquiera; el jugador es objeto de reconocimientos por parte de todo el equipo, incluyendo a Don Ryan Giggs; y ahora resulta que la fama del jalisciense ya llegó hasta tierras orientales.
Quiero ver la próxima gira del Manchester y que por todo el mundo los reciban con ajuar impregnado de imágenes del Chicharito.
Ahora sólo falta que El Chicharito y su publicista se animen y le hagan llegar un anillote a nuestra Miss Universo Jimena Navarrete, para que “El Power Mexicano” se eleve a todo lo que da.
A todo esto, esperemos que con toda la producción que tenga atrás el señor Hernández, siga creciendo como futbolista. Sir David Beckham lo logró y nadie puede pedirle absolutamente nada a sus tiros libres o a su capacidad goleadora.
La buena noticia es que al igual que el inglés, nuestro mexicano tiene como guía Alex Ferguson, quien se caracteriza por “educar” muy bien a sus pupilos y llevarlos por buen camino.