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Archive for 5 de agosto de 2010

Vuelta al mundo de una niña marina…..

El pulpo Paul adivinó desea buena suerte….

Le suena el apellido Dekker. Así se denominaba un prefecto de disciplina al parecer holandés o nórdico que me jalaba las patillas en los  primeros años de escuela. Hablaba muy claro cuando reprendía: erss nabrrsstess dejeserrr ayiresss…  Luego si continuabas en la travesura te sonaba unos reglazos en las manos. Pura pedagogía respetuosa de los derechos humanos. Nada de tocar las partes nobles de los alumnos. Por lo menos acà nunca!.

¿Recuerda cuáles eran sus anhelos y sueños cuando transitaba por los 13 o 14 abriles?  Comprar su primer lápiz de labios para besar a su príncipe azuloso (si es del PAN, rojo si del Perderé PRD)  en caso de ejercer  femenina. Fumarse un pitillo con los cuates de la cuadra en tertulia escanciada con vino generoso. Mirarse los pelitos de la parte baja del vientre para comprobar que crecían en el caso de ser  o parecer macho.

Laura Dekker se embarcó apenas desde puerto de aquel país de los tulipanes y de molinos de viento. Frisa por los 14 y quiere mudarse de chavala púber granosa (espinillas, acné) a celebridad mundial arriesgando la vida en serio. Mientras sus condiscípulas se alisan el pelo y tiran a la basura sus muñecas de antaño para convertirse en lo mismo  pero de carne y hueso, ella sueña circular por los mares.

Zarpó del puerto de Den Ose con la meta de surcar los siete mares cual pirata juvenil moderna y convertirse en la persona más joven que da la vuelta al mundo  en solitario montada en un navío de vela. Por esa travesía se encontrará con zonas marinas tupidas de basura plástica por ejemplo y de todo tipo de inmundicias.

En otras, manchas extensas de petróleo que envenena especies marinas y contaminan playas solitarias. O mares  donde se extinguieron peces y toda vida animal por el desembarco  de desechos tóxicos humanoides.  Esperamos que Laura evite circular próxima a Somalia donde pululan piratas de verdad en pleno siglo XXI que la atracarían y pedirían rescate para devolverla sana y salva. A la selva.

La sociedad competitiva donde pululamos (¿navegamos?) y en la que quién no es una estrella en el firmamento de los canales mediáticos,  menos existe. Ese sería un resorte que impulsaría a los jóvenes y hasta niños a convertirse en  frics o humanoides o una especie de record Guiness viviente aún a costa de su equilibrio emocional y salud.  

Muchos estarían dispuestos a que su existencia se transformara en una forma de tolkchou (espanglish) en permanente exposición ante los demás como en una  pecera monumental. Desde donde les mirarían con envidia y morbo.  Laura podría ser excepción que confirme esa regla de exhibicionismo perene.  Quizá lo suyo es una gesta que le permita crecer, convertirse  a ser humano espiritual con una experiencia de ese tipo.

Mientras tanto, enfiló su velero “Guppy”, nombre infantil, rumbo a Portugal en el que iniciará la ruta marítima solititititita. Tal navegación no estuvo exenta de tormentas y tifones.  Ganó una batalla legal cuando un juez la “emancipó” del servicio holandés de protección a menores que quería impedir, con razón,  su navegación cuando sumaba apenas 13 añales.

Argumentaban limitadamente temor a su seguridad y salud psicológica por el  solitario que duraría 12 meses en caso de no presentarse alguna otra contingencia marina. La chavala, consigna su todavía breve biografía, nació en un yate frente a la costa de Nueva Zelanda. Y seguramente consumió  sus primeras papillas de abulón y camarón.

 Muy probablemente, en caso de triunfar en tal desafío, su vida será novelada o trasladada a un guión cinematográfico donde Ton Cruise podría actuar de sireno que le salva la vida.  O compositor  oportunista le construirá coplas que serán desentonadas por Julio Iglesias u algún otro divo del canto pop rodeado de navegantes con camisas de rayas azul y blanco adornados de gorritos coquetones de marinerito.

Para que fuera facultada a navegar en solitario por las autoridades tuvo que mandar construir una embarcación de mayor tamaño y más sólida; participó en cursos de primeros auxilios para cauterizar mordidas de peces espada, pulpos y gaviotas,  y se “acostumbró” a no dormir asistiendo a todas las fiestas de su colonia holandesa y trasnochando con los cuates de su calle más reventados.

Los padres, me parece que un tanto descocados, avalaron  la travesía a pesar de las objeciones legales expuestas ante la posibilidad de contar con una celebridad en familia que dejará seguramente un titipuchal de dólares en regalías y presentaciones. La madre, separada de su conyugue,  se había opuesto originalmente a esa aventura. Pero después mudó $$$$$$$$$$$$ de parecer.

Un rayo de sensates   en este chou que puede concluir trágicamente. Aunque termine este viaje aventurero casi infantil, el libro de Record Guiness y el Consejo Mundial de Récord de Navegación a Vela decidieron tampoco reconocer más marcas de navegantes jóvenes para evitar fomentar aventuras arriesgadas.  

No tardaban en presentar a un bebe mamón para que rompiera el record del número de chupetes de teta a manera de fomentar la alimentación natural balanceada.

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