Hagamos eco de las recomendaciones para no llenarle el buche de piedritas ensangrentadas a los participantes del juego del Hambre. Calderón, presidente espurio, se queja amargo y manipulador de que los medios pavimentan el camino de la propaganda del crimen organizado. Y del pesimismo generalizado.
Aquí un día y otro también redactamos sobre conductas perniciosas en el deporte. Que, por cierto abundan. Petardo me sugirió referir el chorizo del camote poblano donde fue detenido un señor Bernat en donde los directivos se avientan hasta la cubeta de mierda y se acusan de todo tipo de irregularidades. Otro caso delincuencial.
Prefiero hoy, en viernes, contarles una de piratas. En tanto Sabina canta una de romanos. Originada desde una franja territorial que colinda con el Caribe en la que navegaban los más sanguinarios y siniestros. (par de eses). Tal y como nuestros y vuestros capos de la mafia criminal de los que quedamos no referir. Punto y aparte.
Estos bucaneros son oriundos de la tierra del acero donde describen hace frio endemoniado. El objeto de su codicia deportiva es originario del bullanguero estado de Veracruz. Selva y mar tropicales un tanto depredados, tupida de habitantes muy dados al jolgorio y desmadre continuos. Tierra de carnaval y de danzón y otros bailes calientes.
Usted o tú, notaran si el deporte es negocio en caso de invertir con talento, fomentar una organización sólida y propiciar la producción, desarrollo y cosecha de frutos de exportación. Luis posee apenas 16 años y mide casi dos metros. Los especialistas ingeniosos le bautizaron ya como el Big Mintor Leaguer. Se estiró nomás 20 centímetros el último año.
Es oriundo de Mazatlán, Sinaloa donde firmará el contrato que lo ligará a sus nuevos patrones. Uno fabularía que por tratarse de piratas habría de realizarse ese solemne acto a bordo de una goleta o barco similar. Con bandera desplegada y amenazante de calavera cruzada de par de huesos.
Lo primero que intentarán es dotarlo del idioma que ejercen para que evite lanzar pedradas donde no debe. Imagine que le piden un estraik (spanglich) y lanza tamaña curva que apenas rompa en jom. O le solicitan base por bolas y receta ponche. Cuestión de ponerle un maistro titulado que domine la lengua vernácula del Obama.
Llegó al puerto mexica de la mano de su progenitora intentando ser considerado como jugador de en el equipo profesional de las Águilas de la Liga de ese país. Ya imagino a la jefa promocionándolo ante los managers ensalzando sus rectas de humo y (chainch) cambios de velocidad desconcertantes.
Ella seguramente con manopla improvisada entre guisados de ricura, le cachaba sus lanzamientos. Luis Heredia, el guicho pá los cuates, que así se denomina nuestro héroe de hoy, se montaba en un banco de la cocina campestre que semejaba la lomita de las responsabilidades para afinar puntería.
Según los cronistas avezados que redactan con solemnidad y a los que no deberemos contradecir: “México ha sido un semillero de enormes abridores para las Grandes Ligas”. Así nomás de cursi. Mocetón de 84 kilos de pura fibra se registra en el currículo fisonómico y corporal.
“Pequeño gigante mazatleco” que dejó grandísima ganancia rezan las loas que se esparcen en los medios. Es el prospecto que liga en otra Liga, esta mayor, el contrato más enormemente alto de la franquicia de los piratas del Pittsburg. Únicamente desembolsaron 2.6 millones de verdes billetes por tan tremendo pitcher de futuro incalculable.
Para el club local que lo contrató por migajas y le cultivó debidamente serán la friolera de 1.7 millones mientras el restito para el pelotero porteño y la familia quién registra lanzamientos por arriba de las 90 millas de velocidad que serían multados (los lanzamientos) en caso de circular por alguna vía rápida del DeFecante (DF). Donde excederían por mucho el límite para circular.
Los cazadores de talentos y de carne humana en este caso lanzadora, difunden sin pudor que posee condiciones excepcionales que pueden transformarlo en el próximo Josh Beckett . Y en poquísimo tiempo, en estrella de los canales de las estrellas, puro galaxia y firmamente relumbrante, de la pantallita bobalicona pero que realizan tremebundo negociazo y además de las Grandes Ligas que se escriben con mayúsculas.
Lo van a conducir pian pianito para que tan ligera y volátil inversión tampoco se malogre. En par de años estará a punto, bien vitaminado, pulido y encerado para dar el salto a la Gran Carpa (otra vez mayúsculas) donde brillara por su poder en el brazo de látigo y encantará a las legiones de latinos y chicanos que le idolatrarán. Otra historia jolibudense a punto de consumarse a manera de que pases un fin de semana de ensueño.