Feeds:
Entradas
Comentarios

Archive for 10 de agosto de 2010

El día de hoy, 10 de agosto, un día antes del llamado súper miércoles donde “el tri” enfrentará a la furia en un amistoso en el Coloso de Santa Úrsula y “el rebaño sagrado” recibe al internacional en el nuevo estadio omnilife; la marca adidas ha renovado contrato con la selección mexicana para vestir a todos los combinados nacionales hasta el 2018.

El presidente de adidas Herbert Hainer ha declarado que la camiseta del tricolor es la más vendida en todo el mundo: Vendieron más de 1.2 millones de camisetas según sus propias palabras (1). Yo había estimado algo menos de un millón sacando cuentas mentales días atrás  . Pero los invito a la reflexión… De todas las playeras que uno ve en el estadio, ¿Cuántas son originales?. Digamos que la proporción de imitación a original es de 2 a 1 (Que a mi entender 2 a 1 es una proporción bastante baja) la suma asciende a casi cuatro millones de playeras.

Además por supuesto aprovecharon la ocasión para informar con tiempo al público mexicano que habrá una playera nueva conmemorativa para el cuadrangular del bicentenario, a, y casi se le olvida… una nueva playera en marzo. (¿Negocio?, pues na’ más poquito).

Volvamos al juego de mañana. La recepción de la furia española ha sido una verdadera locura, en el hotel no cabía la gente que los fue a recibir y que permaneció ahí hasta hoy. Ni se diga la que recibió en el aeropuerto, el nuevo santo mexicano (sir little pea) en el cual están depositadas todas las esperanzas nacionales.

Mucho se habló en estos medio electrónicos de un complot hacia la liga local debido a los pobres resultados obtenidos en el mundial de Sudáfrica 2010.

Y sin embargo, mañana el estadio azteca estará completamente repleto, y ni se diga los precios de la reventa (que aquí que es penalizada se lleva a cabo en mucho mayor escala que en Estados unidos por ejemplo). Muchos de ellos serán españoles, es cierto; en México hay una gran comunidad española, y yo he sabido de mucha gente que no ha ido a un estadio de futbol desde el mundial de ’86 que estará mañana en el azteca.

Hay que darle su debida medida al partido de mañana. Los jugadores españoles no vienen deseosos de jugar. La inmensa mayoría de ellos estaba en sus vacaciones, y no está ni cerca de estar en su ritmo futbolístico, y mucho menos a la forma que les vimos en el mundial. Además de todo, como se ha oído en muchos medios de comunicación, se especula que solo se les dará 15 minutos de juego a los jugadores del Barcelona (además de que la furia solicitó un permiso a la FIFA para poder hacer 8 cambios, a cambio de los 5 que el organismo permite) Entonces, ¿Por qué traerlos?  No hay duda que están aquí por contrato, que aunque lo nieguen y Vicente del Bosque declare que no; en alguna parte del contrato jugosísimo que ha firmado la federación española con la FEMEXFUT tiene que estipular que vendrán con alguna cantidad de los jugadores mundialistas.  Ilógico sería si no, traerlos en un vuelo de 11 horas para que jueguen simplemente 15 minutos.

De cualquier manera, ya quisiéramos tener la banca española.

Yo solo tengo miedo de que suceda algo mañana: Que México gane.

Mucho nos ha costado darle cierto realismo al fanático mexicano (objetivo entre otros de este espacio) para que mañana todo se vaya por la cloaca.

Después de ganarle a Italia, ibamos a llegar a la final. Empatamos con Sudáfrica. Le ganamos a Francia ahora no solo a la final, si no campeones del universo. Perdimos con Uruguay. Perdimos con Argentina: culpa del árbitro (Espero que no se malinterprete esta ultima afirmación y por eso los invito a leer “El eterno debate: la tecnología y el futbol” del 28 de junio en el que hablé de aquel error arbitral).

Tan noble es el aficionado mexicano que somos los que más playeras hemos comprado en todo el mundo. No Brasil, ni Inglaterra, ni Alemania. EL GUILLE FRANCO Y CO.

Y es que lo verán, si México le gana mañana al campeón del mundo, que viene de estar tirado en alguna playa, o comiendo pizza en Italia, o vaya usted a saber; escucharemos nuevamente falsas ilusiones y una nueva cortina construida por el par de honestas y preciosas televisoras que nos conforman.

Tanto así que se le ha dado mucho más cobertura a un partido amistoso, que a un logro deportivo integral, logrado por puros mexicanos, y además (dato que debería de levantar ciertas cabezas) ganando su pase a la final con 10 canteranos en la cancha.

Cuando la máquina lo hizo en 2001, no solo tenía a sus 5 extranjeros si no además como refuerzo al mejor goleador que tenía el futbol mexicano: José Saturnino Cardozo.

Además a las chivas les quitaron al ya mencionado, sir little pea y a todos los jugadores que le desangraron para la concentración hacia el fracaso del tri. (De las chivas espero poder hablar todavía mañana en un post aparte)

De cualquier manera, yo quisiera invitarlos a darle su debida importancia al partido de mañana como lo que es: una fiesta. No hay más. Es una celebración, y un partido amistoso con una selección fuera de ritmo, que se gano a pulso su vacaciones.

Ojalá y que empaten a 3 – 3 o algo así y todo mundo se vaya contento…

Esperemos que el ángel no se llene mañana.

(1) Record, 10 de agosto de 2010, Adidas renueva con la FMF para vestir al Tri (“http://www.record.com.mx/seleccionnacional/2010-08-10/adidas-renueva-con-la-fmf-para-vestir-al-tri)

Read Full Post »

Los conquistadores vienen con adiposidades. Se las obtuvieron de unas merecidas vacaciones.  Dejaron colgada la armadura y se colocaron los espejuelos para sol. Fabada y paella sin límite. Tintos escanciados. Nomás obtuvieron la uorldcop o cup (spanglish) en el continente oscuro.  

Acá en tierra mexica cayeron de pié con tal victoria. El hispano que todos llevamos dentro se congratuló.  Un centenar y medio apenas de entusiastas se aglomeraron para interpretarles  cantos,  porras y el alirón o algo así.

Conseguir así fuera una sonrisa o al menos una firmita de los nuevos champions.  No da para más este cotejo forzado que paradójicamente se oficiará en estadio Azteca. Con una ligera dosis de enjundia y vergüenza profesional  de parte de los ratoncitos verdes les podrían  propinar una soberana goleada.  

Imagine las marquesinas de las teleras (tves), los encabezados de los diarios y cables internacionales subrayando que derrotamos a los Campeones del Mundo. Los sitios de internet y blogs prestigiados y criticones como el Juego del Hambre … subrayando esta épica histórica.

Vienen a recordarnos que nos hicimos independientes de ellos. Hace apenas 200 años. Aunque hoy, hoy,  son nuevamente  dueños del país.  Nomás cheque a los propietarios  españoles de los bancos y otras industrias y servicios. A pesar de que viven actualmente allá en quiebra.

Por el campo azteca, televiso,  desde su arribo al aeropuerto, al vegetal inglés por poco lo hacen puré. De chícharo, chicharito le bautizaron en diminutivo,  que tampoco es muy común.  Es el novel santón de la fanaticada chiva y de los medios nacionales ayunos de mercancía pateadora que promover. Lo ubican como una inversión rentable para el imperio del príncipe Carlos.

Y acá a Hernández le dan bola descubriendo cualidades que tampoco se notaban cuando trotaba disfrazado de chiva cola.  Va a conquistar en sentido contrario los prados futboleros de otro imperio.  De esmerarse se mudará a la esperanza verde goleadora  para el próximo mundial carioca.

Las páginas deportivas de acá rebozan de cifras y análisis sesudos.  Cuadros, porcentajes y cifras comparativas van y vienen. Victorias contra europeos en tierras nativas. Confrontaciones contra campeones del mundo. Batallas entre conquistadores e indios en el pasado. Todas ellas para calentar un encuentro, entre dos mundos, que se nota frio, helado.

Le va un ejemplo de lo publicado que para nada suena ampuloso. Se reproduce el ambiente cultural resultado de la conquista. Un complejo de inferioridad reproducido  en textos y discursos por tunde-máquinas así se redacten en computadoras y de los merolicos de siempre.

“El palmarés de la plantilla de España da envidia”. Y luego las sumas, restas y divisiones de los campeonatos obtenidos por cada gladiador de la Furia y del Tri donde se aprecian resultados comparativos enormemente disparejos,  hasta abismales.  

Los hijos putativos de Zapatero y Sofía cuestan como plantel nomás 678 millones de dólares mientras que los nativos continentales americanos únicamente 107 milloncitos de verdes tal como su playera deslavada.  Un petardo en Sudáfrica como les calificó periodista. Valen la sexta parte de los otros. Y como sucedió con Hernández se rematan for sale.

Títulos mundiales, Mundial de Clubes, de la Champions League, Copas Intercontinentales,  Eurocopas, Supercopas de la UEFA, Copa del Rey  y torneos locales y otras minucias.  Algunos de ellos los redactan con mayúsculas para resaltar su desmesurada jerarquía.  Esos lauros hacen parte de la diferencia.

Una caricatura reproduce a un monarca que se parece al entrenador Del Bosque que entre bondadoso y condescendiente, regiamente ataviado, mira desde el trono a un enano con sombrero de charro, solo faltó el nopal, que para nada se parece al chícharo,  con cara de espantado  y asombro. Que hace cuentas y abre la boca con rictus que simula sonrisa,  sobre la larga lista de títulos ganados por ellos.

Este partido es todo un cachondeo mercadotécnico. Celebrante  de la Independencia, hoy que somos más subordinados que nunca,  y de la Revolución que fue traicionada y mudada a caricatura infame.

Un batidillo futbolística que únicamente servirá para engordar los bolsillos de federativos, televisoras  y marcas comerciales. Se consumirán más pizas, baguetes, tapas, morcilla y cervezas nacionales propiedad de consorcios transnacionales. Es una especie de recreo de media semana. Nada que ver con batalla épica.

La mitad de los adversarios del otro continente donde el rey Juan Carlos manda, desde hace un mes,  no tocan una esférica ni realizan tiros al gol. Ni practican calistenia. Menos sentadillas y lagartijas. Pura buena vida. Se la merecieron. Sí a caso pelotitas, bolitas de migajón cada que degustaban en sus recreos vacacionales platillo suculento por grasoso.

Read Full Post »

El futbol y los niños

En el avión de regreso de una merecidas vacaciones del valle de lágrimas (Y de este blog), en una de esas revistas de avión que suelen ser más ociosas que de contenido muy valioso; me encontré una que no estaba tan mal en una aerolínea en la que nunca había viajado. Y un artículo en particular que me agradó mucho, del cual ahora me gustaría compartir algunos fragmentos.

La editorial se llama “El futbol y los niños” escrito por la Dra. Julia Borbolla, además hija de José Luís Borbolla, primer jugador mexicano en militar en el Real Madrid:

“Muchos padres de familia me cuentan que sus pequeños rompen a llorar cuando su selección pierde y permanecen tristes o desilusionados como si se tratara de un fracaso personal. Sin mencionar los que discuten como si la vida les fuera en ello.

Esto no debería de asombrarnos si sabemos que muchos adultos reaccionan igual o, en muchos casos, peor. Papá regaña a los jugadores y al árbitro que ve por la tele; mamá grita y se come las uñas porque no cae el gol, y la cuidad entera se paraliza porque va a jugar la Selección Nacional. Si gana, “ganamos”, y si pierde, “perdieron”. El entrenador, finalmente, es el ejemplo del mexicano modelo un día, y al siguiente, el más despreciable de los seres humanos en el universo

¿Por qué tiene tanto efecto el que 22 jugadores corran tras un balón? La verdad es que el futbol, casero o mundial, en un coctel que combina valores, emociones y símbolos tanto para los niños como para los adultos.

Los pequeños lo entienden enseguida, porque es un juego muy sencillo que cualquiera puede practicar entre dos, tres o los que quieran; con pelota de plástico, de cuero y hasta con una lata vacía en medio de la calle. ¿Porterías? Dos mochilas a cada lado de un espacio al que se le considera como “portería”.  (…)  Para un niño, la experiencia con el futbol resulta una forma de definirse y por eso lo jugará una y mil veces a lo largo de su vida. (…) Y les permite aprender y experimentar en la vida real conceptos y sensaciones como felicidad, alegría, solidaridad, compañerismo y honor, palabras que escuchan decir a los adultos todo el tiempo.

Cuando se trata de ver jugar al equipo favorito entran a sumarse otros factores, entre los cuales uno de los más destacados es el sentido de pertenencia, de identidad. (…)   Por si fuera poco, cuando se trata de un mundial la identidad se eleva al rango de nacionalidad.

Cuando un jugador mexicano mete gol comparte su felicidad con el resto de sus compatriotas; y de igual forma los hunde en el desamparo si falla un penalti.

Por ello resulta triste comprobar que los niños no ven el “orgullo nacional” sino a través de una camiseta con un número en la espalda y una cara puntada de verde, blanco y rojo. (…)

El futbol ha sido el receptor de la fe que deberíamos hacia nuestras creencias, nuestras instituciones, nuestras autoridades, nuestro líderes de opinión, etcétera. ¿Dónde pueden ver los niños que sus padres y maestros depositan su fe? ¿Dónde se mantienen fieles hasta en la derrota?

“Si se puede”, “Vamos con todo”, “Esta vez va la nuestra”. La fe en el equipo nacional es tan fuerte que llevo escuchando estas expresiones desde que nací (Y ya hace mucho tiempo de eso). La publicidad las repite hasta el infinito, para luego extinguirse (Generalmente cuando México juega y pierde el cuarto partido del Mundial) y volver a resurgir cuatro años después.

¿Qué significa para nuestros hijos el futbol? ¿Acaso sólo en el deporte hemos puesto el concepto de valor honor éxito, ingenio, empuje, unión, orgullo?

Tal vez lo hemos hecho porque no tenemos otros ejemplos más profundos para enseñárselos a nuestros pequeños. Porque resulta difícil encontrar en un mismo lugar o en un líder social todas estas cualidades; y con tal de no verlas perdidas se las adjudicamos a un simple deporte o a un jugador.”

La doctora termina con un agradecimiento tanto cursi a su padre y con algunas reflexiones de que hay que ligar el sentimiento de ser mexicano a cosas extra-cancha, que los niños tengan fe en las figuras de autoridad y  que vean representados los valores del futbol en los símbolos patrios.

Comparto bastantes opiniones de la dotora. Primero que nada que una de las cosas más bonitas del futbol es su accesibilidad a todo mundo. Lo juegan los ricos, los pobres, los grandes y los chicos, los hombres y las mujeres. El sentimiento de unión, de ser los mismos frente al balón.

La simplicidad del balompié que se practica en una cancha de última tecnología o en la banqueta de enfrente, pasando por la sala de la casa (donde el árbitro siempre es la madre que lo regaña a uno, y lo expulsa al romper un jarrón).

Y es una experiencia casi natural el sentir las emociones que describe la doctora, que nos definen en nuestro crecimiento: El compañerismo, el honor, la solidaridad.

Sin embargo hay un par de cosas en las que si difiero por completo.

Primero que nada, siento que la cultura del deporte en general, ha ido despreciando como medio de aprendizaje. Por lo que mencionaba arriba: no es como sentarse a una clase de cívica o de ética en la escuela, cosas que solo comienzan a tener valor con los años; es un proceso completamente empírico y natural.

No es más esa cultura con la cual se educa a los niños del premio y el castigo; es decir me portó bien porque quiero obtener algo de ello o por miedo al castigo que me vendría por hacer aquello que me han prohibido. En el deporte como niño es ganar por sentirse bien con uno mismo, por darle una satisfacción al amigo que comparte la camiseta contigo, por divertirte como enano. Sentimientos y valores que cada vez se han deslindado más del deporte; primero porque la misma cultura deportiva ha ido desapareciendo poco a poco y segundo por la dirección en la que va el mundo, por la competitividad insana que hay ahora y por el siempre querer obtener resultados prácticos e inmediatos.

Y contrario a lo que dice la doctora, a mi me parece muy sano adjudicar estos valores en un juego que la mayoría de la gente practicó en algún momento (Como ya había planteado en “Un futbol con valores”). Es labor de los padres (Y si me apuran hasta de los entrenadores) el luego transmitir esos valores a lo cotidiano: el juego limpio, el respeto al otro, la hermandad, la lealtad, la igualdad, el respeto a las reglas, la competitividad. En fin.

Lo último quizás si no sea muy de mi agrado. Aquello de tener fe en las figuras de autoridad y encontrar ahí el sentimiento de nacionalismo y valores.

Creo que solo nos han demostrado que no tienen ni nacionalismo ni valores. Y manteniéndonos en el tema, solo hay que ver la clase de mafia que es el futbol mexicano (Como hemos discutido ya en muchos posts en este blog hambruno.)

Quizás si recordáramos como disfrutábamos el simple hecho de patear un balón con los cuates de niños, y como solíamos reírnos. encontraremos algunos de estos valores; cuando el juego de la vida nos era mucho más sencillo…

Read Full Post »